Seguro que muchas veces has sentido un calambre o chispazo al tocar un objeto o persona. Es una sensación bastante desagradable ¿verdad?. Pero ¿por qué sucede?
Son muchas las circunstancias que pueden provocarnos una pequeña descarga eléctrica: cerrar la puerta del automóvil, quitarnos un jersey o incluso al estrechar la mano de una persona.
Unas veces nos dan calambres, otras veces se nos ponen los pelos de punta y otras saltan chispas.
La razón es que casi un 70% de nuestro organismo es agua ionizada, lo que nos convierte en buenos «conductores eléctricos». Por lo tanto, se puede producir una acumulación de carga eléctrica que, al contacto con un objeto o cuerpo que tenga una carga eléctrica de distinta polaridad, produce una descarga o chispazo.
Un ejemplo de este proceso es el uso de zapatos con suela de goma: como somos conductores de electricidad la carga que vamos absorbiendo de diversos orígenes la pasamos al suelo a través de nuestro cuerpo, pero si los zapatos que calzamos llevan gruesas suelas de goma, que son aislantes, esa electricidad se irá acumulando en nuestro interior, de modo que, cuando finalmente la liberamos tocando algún objeto buen conductor, pueden saltar chispas.
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