¿Por qué tiritamos?

Cuando hace mucho frío nuestro cuerpo necesita todo el calor que genera y debe minimizar las pérdidas. Para ello, limita el calor a la zona interna del cuerpo construyendo los vasos sanguíneos, es decir, cerrando ligeramente los vasos sanguíneos de las extremidades.

Así, la sangre no pierde calor al pasar por zonas muy cercanas a la superficie. Por eso, nuestras manos y pies se quedan tan fríos cuando bajan las temperaturas y por eso lo primero que se congela en una situación de frío extremo son las extremidades.

Si, a pesar de ello, el frío se cuela dentro de nuestro cuerpo y la temperatura disminuye un grado o dos, echamos mano de los métodos de urgencia: los temblores, que son movimientos rápidos de los músculos que generan calor con el fin de subir la temperatura corporal.

El castañeteo de los dientes es lo mismo, temblores localizados en los músculos de la cabeza.

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